Ruta de la Bureba
Localidad: Poza de la Sal
Las tierras de la Bureba y del Ebro burgalés
ofrecen una variedad de recursos culturales y naturales
verdaderamente excepcionales. Esencia de Castilla, encontraremos
amplios paisajes cerealísticos junto a intrincados desfiladeros
testigos de la historia más temprana de Castilla. Las villas y
ciudades de esta ruta se encuentran entre las más pintorescas y de
mayor personalidad de la región. En los últimos años, los
Ayuntamientos de Frías, Oña y Poza de la Sal han constituido la
Mancomunidad Turística Raíces de Castilla, denominándose así la
Ruta que discurre entre esas tres localidades.
Distancia
aproximada: 88 km
Descripción: Briviesca es la capital de la
Bureba, comarca de gran riqueza agrícola. Su trazado urbano responde
a una disposición en cuadrícula, tomándose al parecer como modelo
del plano de Santa Fe (Granada) y de los de las ciudades
hispanoamericanas. En su entramado urbano, descubriremos algunas
casonas barrocas blasonadas y la Plaza Mayor, rectangular y con
soportales. Visitaremos la Iglesia Colegial de Santa María, la
Iglesia de San Martín y el Convento de Santa Clara, con
crucerocabecera octogonal de bóveda estrellada y un magnífico
retablo del siglo XVI.
Por la carretera de Oña nos desviaremos a
Revillalcón y Salinillas de Bureba donde situado en un pintoresco
escarpe, encontrareos el Santuario de Santa Casilda, del siglo XVI y
posee estatua yacente de la Santa de Gil de Siloé. Retornaremos a la
carretera que se dirige a Oña y Cornudilla. Podremos visitar en
Aguilar de Bureba su bella iglesia románica. En Cornudilla tomaremos
la carretera que se dirige Poza de la Sal. La pintoresca villa de
Poza de la Sal se asienta en el borde del páramo que delimita la
Bureba por el oeste. Domina a media altura el pequeño valle del
arroyo Torca Salada. El visitante no debe eludir un recorrido por sus
calles empedradas de fuerte sabor medieval y visitar la Iglesia de
San Cosme y San Damián, gótica, el Ayuntamiento, el Arco
Conjuradero, las murallas y puertas de la Villa, el Castillo de los
Rojas, las Salinas y la Casas de Administración de las Salinas donde
se encuentra el Centro de interpretación de las salinas de Poza.
Nuestra siguiente etapa
será Oña, Villa nacida a partir de una estratégica fortificación
medieval, en el s. X recibe privilegios del conde Fernán González.
En la iglesia gótica de San Juan encontraremos un interesante museo
instalado en su torre.
Cerca de la antigua judería se encuentra el
Centro de Interpretación del Medievo.
El gran monumento de Oña es
el Monasterio de San Salvador, cuya Iglesia, de origen románico,
guarda innumerables joyas entre las que destacan la talla románica
de Cristo crucificado, las pinturas murales góticas de Santa Mª
Egipciaca, las tablas góticas del primitivo retablo y bajo el
crucero-cabecera del s. XV, la sillería gótica y los dos
baldaquinos del s. XV, con excelentes labores en madera y pinturas de
la escuela de Oña, que cobijan ocho arcones funerarios de la misma
época con restos de condes.
El altar mayor, barroco, está dedicado
a San Iñigo. La sacristía alberga interesantes piezas resaltando el
sepulcro del obispo Mendoza del s. XVI y una tela del siglo X. El
magnífico claustro de principios del s. XVI es obra de Simón de
Colonia. Nos dirigiremos hacia Trespaderne por el bello Desfiladero
de la Horadada y por el Valle de Tobalina llegaremos a Frías
localidad de gran belleza y tipismo, conserva trazado y ambiente
medieval.
Visitaremos su típico casco urbano, la Iglesia de San
Vicente y el Castillo de los Duques de Frías. En las afueras de la
localidad se encuentran los restos del Convento de Santa Mª del
Vadillo y, sobre el río Ebro, el magnífico puente medieval.
Retornamos a la Bureba por la carretera del Portillo del Busto que
nos ofrecerá hermosas vistas. Al poco de salir de Frías, en Tobera,
encontraremos un bello paraje con puente medieval y ermitas del Santo
Cristo y Santa Mª de la Hoz s. XIII.
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